Con profundo desagrado presencie un aquelarre,
descarado y vil, esperando sacar dinero del banco, carcajadas burlonas sobre la
patria, “patria mía, patria querida”, hécates danzarinas iracundas parloteaban
como gallinas sin gallo, sin desparpajo buscando aprobación a su histriónica burla,
matrices vacías de maternidad, seres huecos llenos de odio, venenosas arpías
moviendo sus lenguas listas a morder con ira, con la mayor impotencia que me da vergüenza, pues no hice
nada por el temor a su veneno.
sábado, 10 de agosto de 2013
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