Es la vibración sonora del palpitar convencido de la tramutacion del conocimiento, solo en la sonrisa franca del párvulo se logra esta proyección, es la realización sublime del acto educativo percibir la iluminación del aprendiz en el momento de la comprensión , el profundo goce del ego del logro del objetivo supremo, es el “eso que me pasa” y solo pasa en él, apropiándonos de su logro, es la verdad mía que recibo de él. Lo que no pueden logran sin experiencia de los desacostumbrados, en una charla malamente captada y desdeñada desde su prejuicio, por ser su trascendencia otro camino, convencido que no sabe pues no quiso aprender.
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